CONOCIENDO A LA SANTISIMA VIRGEN MARIA
Como en la vida de las grandes figuras del
Antiguo Testamento, Dios se hizo presente en la vida de María. El ángel Gabriel
vino y le dijo: “¡Ave María, llena de gracia! ¡El Señor está contigo!”.
Traduciendo mejor estas palabras para la gente, pueden decir: “¡Alégrate,
María, favorecida por la gracia! ¡El Señor está contigo!” (Lc 1,28).
1. “Favorecida por la Gracia”
En el Antiguo Testamento, el pueblo siempre
fue objeto de este amor fiel de Dios. María lo sabía muy bien, pues conocía la
historia de su pueblo. Y ahora, conforme a las palabras del ángel, toda esta
carga de amor fiel de Dios para con su pueblo y todo este compromiso de
libertar a los oprimidos estaban siendo concentrados en su persona. Ella,
María, era “favorecida por la gracia”. Era objeto de aquella gracia con que
Dios quería beneficiar a su pueblo.
¡No tengas miedo!
El ángel enseguida, para tranquilizarla, le
dijo: “Tranquilízate, María, que Dios te ha concedido su favor. Pues mira, vas
a concebir, darás a luz un hijo y le pondrás de nombre Jesús. Será grande, se
llamará Hijo del Altísimo y el Señor Dios le dará el trono de David su
antepasado; reinará para siempre en la casa de Jacob y su reinado no tendrá
fin” (Lc 1, 30-33).
“El
Espíritu Santo vendrá sobre ti!”
Ante la dificultad de María, el ángel le
contestó: “El Espíritu Santo bajará sobre ti y la fuerza del Altísimo te
cubrirá con su sombra; por eso al que va a nacer lo llamarán “consagrado”, Hijo
de Dios. Ahí tienes a tu parienta Isabel; a pesar de su vejez ha concebido un
hijo, y la que decían que era estéril está ya de seis meses; para Dios no hay
nada imposible” (Lc 1, 35-37).
En la hora en que el ángel preguntaba a
María si ella quería ser la madre del libertador del pueblo, era como si la
historia de la humanidad quedase parada por un momento, suspensa ante la
respuesta de aquella joven Miriam. Dios permitió que la respuesta libre de una
joven “humilde y pobre” decidiese el futuro de la humanidad. Y ella no le
decepcionó.
Creyó en este mensaje, concibió del
Espíritu Santo, y la Iglesia ya está naciendo. Es en la vida y en el testimonio
de esta Iglesia donde la Palabra de Dios se hace carne y nos revela su imagen.
Qué buen blog, muy bonito el material con la información adecuada. Felicitaciones!
ResponderEliminar